Fotografía de Juan Gómez https://unsplash.com/@nosoylasonia
Picos de Europa: La cima del sabor
Descubrir el secreto mejor guardado de la Península Ibérica es muy sencillo. Tan solo tienes que dejarte llevar hacia los increíbles parajes de Los Picos de Europa. Se trata de toda una revelación. Un magnífico rinconcito, rodeado de onduladas colinas agrícolas y valles de ensueño. Un espacio donde su riqueza gastronómica tan solo se asemeja a su patrimonio paisajístico.
Déjate llevar por los caminos de herradura. Encamina tus pies hacia el punto más elevado de las montañas de este parque nacional. Disfruta de unas magníficas vistas, capaces de obnubilar al viajero más experimentado. Un lugar donde sus montañas se besan con el mar y componen una sinfonía armónica para los sentidos. Acompáñanos y déjate atrapar por sus encantos.
Descubriendo los tres macizos
La tercera cadena montañosa más alta de España, los Picos de Europa es una región de impresionantes picos de piedra caliza y exuberantes valles. Alfombrada de hermosas flores silvestres en primavera, esta zona también se conoce como la ‘España verde.
Su orografía, tranquilidad e inaccesibilidad hacen de los Picos un paraíso para los caminantes. Gamuzas, buitres leonados, águilas reales y muchas otras especies se ven regularmente y, aunque se ven con menos frecuencia, osos, lobos y jabalíes aún sobreviven en este increíble paraje.
No podrás dejar de asombrarte cuando estés situado en cualquiera de sus tres macizos. En el Macizo Cornión, el más occidental de los tres, tus sentidos se fascinarán con los Lagos de Covadonga.
En el Macizo de los Urrieles, el central, podrás ver la zona más agreste de toda esta cadena montañosa. Un vaivén rocoso, una auténtica montaña rusa natural. ¿Serás de los valientes que gocen con las fascinantes vistas de la Torre de Salinas, que tiene una altura de casi 2500 metros?
Por último, en el Macizo de Ándara, el más oriental, vas a tener la oportunidad de deleitarte con un espectáculo único en el mundo. Desde finales del siglo XIX, se celebra una mítica ceremonia, para todos aquellos que llegan a la cumbre del Pico del Sagrado Corazón.
El precioso Hotel Torrecerredo
Nuestra base es el acogedor Hotel Torrecerredo, de gestión familiar. Está ubicado en el corazón de la región y ofrece impresionantes vistas panorámicas de los picos más altos, desde su acogedor bar y restaurante.
Torre Cerredo también nombrada Torrecerredo o Torre de Cerredo, con sus 2650 m s. n. m., es la montaña de mayor altitud de Asturias y de León así como de los Picos de Europa y de la cordillera Cantábrica.
Para llegar hasta el se puede optar por varias rutas. Optar por una u otra depende, obviamente, del punto de partida. En nuestro caso, puesto que era domingo y cabía la posibilidad de hacer parada y fonda en el mercado semanal de Cangas de Onís, ni lo dudamos.
No quisimos perder tiempo en las tiendas de ropa y complementos, muy similares a las que existen en otras ciudades. Por eso mismo, nos dirigimos directamente hasta los soportales, donde se suelen vender toda clase de productos asturianos. Una de sus peculiaridades es que provienen de manera directa de sus productores, por lo que conservan toda su riqueza natural.
La riqueza gastronómica de los Picos de Europa
Aquello era el paraíso para los gourmets, los foodies y cualquier persona que se regocije en un mundo de sabores, olores y colores.
Pudimos disfrutar de un sinfín de tipos de quesos, comenzando por el extraordinario Cabrales. Pero sin dejar de lado el Gamoneu, Afuega’l Pitu, el queso de tres leches y muchos más, que tuvimos la buena suerte de poder degustar. Por supuesto, tampoco podían faltar las fabes y las verdinas, el compango (tocino, morcillas y chorizos), la miel y membrillo, imprescindible para acompañar y realzar los quesos.
Nos sorprendimos con la harina de maíz para hacer los tortos, las casadielles o el dulce de pasta frita u horneada, generalmente de trigo, rellena de nueces, avellanas, azúcar y anís.
Y, para terminar esta bacanal para el gusto y el olfato, quisimos probar también la sidra natural, las verduras y las hortalizas típicas de la zona, las especias y toda clase de licores, como orujos y aguardientes que se repiten como un mantra para gargantas recias, desde su vecina Potes, en Cantabria, donde se elabora uno de los más afamados.
Además, nuestro deber es mencionar una serie de fundamentos, que nos cautivaron aún más:
- Los alimentos kilómetro cero: Ingredientes ecológicos de calidad de la agricultura, ganadería y pesca ecológicas.
- La preservación del medio ambiente, reduciendo la enorme huella ecológica que conlleva la manipulación, embalaje y transporte.
- La gastronomía local para evitar así la extinción de determinadas variedades/razas autóctonas que dejan de emplearse por la invasión de productos foráneos (o incluso rescatando platos típicos que morían ante el peso de la comida rápida).
- Favorecer la economía y el empleo al apoyar a los pequeños y medianos productores y artesanos.
¡Qué deleite de viaje! ¡Qué placer para nuestros sentidos! Comimos como marqueses y disfrutamos como nunca. Nos encantaría recomendarles este periplo culinario, natural y cultural, para que también puedan gozar de unos alimentos y unos parajes únicos.
Además, deseamos acercarle a una cocina fundamental dentro de un mundo globalizado, ofreciendo datos prácticos de forma ilustrada como la localización de los productos, la temporalidad de los mismos, y correspondiendo al tiempo de las cosechas y a la madurez de las especies para su regeneración.