Es deber de todos realizar acciones sostenibles. Por tanto, una inversión responsable es aquella que tiene el objetivo de generar rendimientos económicos a largo plazo a la vez que genera un impacto positivo en la sociedad. Esta debería ser la primícia y lo básico a la hora de invertir.
De la misma forma, debería haber cambios en la formación, basadas en reforzar la sostenibilidad y el cuidado del planeta, la naturaleza, para concienciar desde etapas tempranas. La educación para el desarrollo sostenible empodera a los individuos para que cambien su modo de actuar hacia un futuro sostenible. Valor económico, social y ambiental son las tres directrices a seguir para conseguir una educación sostenible.